El ser y estar en casa 24 horas al día cada día en tiempos de confinamiento nos ha hecho seguramente buscar nuevas formas de convivencia y nuevas rutinas en el hogar a las que no estábamos acostumbrados. Pero estar juntos tanto tiempo muchas veces no significa tener un acompañamiento de calidad que nos permita a todos, un tiempo para compartir y un tiempo para estar solos.
Ahora más que nunca debemos encontrar el equilibrio entre lo que siento y lo que necesito yo como adulto, y lo que sienten y necesitan nuestros hijos. La clave de este equilibrio está en la observación continua de nuestras necesidades y las de ellos para poder responder acertadamente.