El ser y estar en casa 24 horas al día cada día en tiempos de confinamiento nos ha hecho seguramente buscar nuevas formas de convivencia y nuevas rutinas en el hogar a las que no estábamos acostumbrados. Pero estar juntos tanto tiempo muchas veces no significa tener un acompañamiento de calidad que nos permita a todos, un tiempo para compartir y un tiempo para estar solos.
Ahora más que nunca debemos encontrar el equilibrio entre lo que siento y lo que necesito yo como adulto, y lo que sienten y necesitan nuestros hijos. La clave de este equilibrio está en la observación continua de nuestras necesidades y las de ellos para poder responder acertadamente.
Os comparto unas preguntas que pueden servir de guía al momento de observar:
¿Cómo observarme a mí?
Tomarme una pausa. Mirar cómo me siento con respecto a mi y a los demás
Concretar prioridades.
Fijar nuevos horarios en donde exista un equilibrio entre el trabajo, las tareas del hogar y los momentos de diversión.
Cómo involucrar a los niños en esta nueva estructura.
¿Cómo observar al niño(s)?
¿Cuál es su momento de maduración según su edad?
¿En qué período sensible se encuentra? Sensible:
al Movimiento
al Lenguaje
a la Exploración
a los Objetos Pequeños
a la Música
¿Tengo el ambiente preparado para satisfacer sus necesidades con autonomía?
¿Cuento con espacios seguros en casa para permitir su independencia sin riesgos?
¿De qué forma puedo incluirlo en las tareas del hogar? Esta pregunta está relacionada con sus intereses y qué es lo que le atrae; y una vez más, cuál es su período sensible.
¿Tengo propuestas para él en los distintos ambientes del hogar?
¿Cómo organizo el día y la casa cuando hay más de un niño?
¿Cómo debe ser nuestro
acompañamiento?
ESTAR ATENTOS. Nuestra observación debe ser continua ya que las necesidades de los niños cambian constantemente. No significa ser esclavos del niño sino velar porque tenga lo que necesita para desarrollarse por sí mismo, a través del ambiente y de nuestra comunicación hacia ellos.
RESPETAR SUS DESEOS Y SUS FORMAS DE HACER. Nuestra tarea es poner a su alcance las herramientas necesarias para que pueda experimentar aprendizajes, pero nunca debemos imponer lo que muchas veces pensamos que es lo mejor.
NO CREARNOS EXPECTATIVAS. Proponer ambientes y actividades para ellos sin imponer nuestro modo de hacerlas. Con un fin concreto y con secuencias lógicas, pero entendiendo que hay muchas formas de hacer una misma cosa.
GENERAR siempre que puedas, oportunidades para que el niño pueda actuar con libertad, independencia y autonomía, siempre a partir de los siguientes límites:
No dañar los materiales.
No dañar el ambiente.
No dañar a otros.
No dañarse a sí mismo.
RESPETAR LA INDIVIDUALIDAD DEL NIÑO. Entendiendo que cada uno es diferente, con gustos y ritmos distintos. Que hay bebés que necesitan estar más tiempo succionando el pecho que otros, que hay niños que necesitan dormir más y que algunos prefieren un cierto tipo de actividad.
ENTENDER QUE HAY DISTINTAS ETAPAS y que no podemos seguir haciendo siempre lo mismo. Debemos acompañar al niño en la conquista de sus distintos aprendizajes y evolucionar con él. A veces nos frustramos porque algo que le encantaba hacer al niño, ya no lo hace. Es completamente normal. Seguramente ya ha adquirido la habilidad que buscaba y necesita moverse a otro aprendizaje.
Acompañar
desde el nacimiento.
DE 0 - 3 MESES
Inmediatamente después del nacimiento, lo ideal es procurar al bebé un ambiente que evoque en él su experiencia prenatal en cuanto a temperatura y recogimiento. Al principio va muy bien un Moisés por su tamaño, ya que aporta un espacio reducido semejante al vientre de la madre, que le aporta calor y lo hace acogedor. Para cogerlo en brazos, podéis contar con el “topponcino” que es una colcha delgada y suave que le resultará más cómodo al bebé que aún no ha desarrollado sus músculos.
En el primer mes el bebé sólo necesita que sean cubiertas sus necesidades básicas de apego, descanso, limpieza y alimentación, dando preferencia a la leche materna y al contacto piel a piel con la madre.
A partir del primer mes cuando el bebé comienza a estar más alerta, podemos presentarle un móvil de figuras geométricas en blanco y negro. El bebé recién nacido no ve completamente y además no percibe los colores, por tanto, este móvil de alto contraste será el estímulo adecuado para ayudarle a desarrollar el sentido de la vista.
A nivel de estímulos auditivos, el mejor sonido es el de la voz de la madre. Hablarle y narrar lo que hacemos permanentemente con él, ayudará al desarrollo del lenguaje y a comprender su entorno.
Podéis acompañar también algunos momentos del día con música como la de Mozart y disponer también de una colchoneta en el suelo que permita el movimiento libre del niño, con ropa cómoda y fresca.
A partir del segundo mes podemos cambiar el móvil por uno de colores primarios y que sea muy ligero para que se mueva fácilmente con el viento o con nuestro caminar.
Podemos comenzar a darle objetos en la mano, de materiales naturales y livianos que le permitan cogerlo. Podrían tener algún sonido como el de cascabeles.
En cuanto a la posición del bebé, normalmente está boca arriba, pero podemos ayudarlo a ejercitar su cuerpo cambiándolo boca abajo durante el tiempo que se sienta cómodo. Es importante, eso sí observar, cuáles son esos momentos en que podemos proponerle el cambio de posición.
3 - 6 MESES
A partir de los 3 meses el bebé comienza a tener movimientos más amplios, por tanto debemos cuidar de no dejarlos solos en la cama. Si necesitamos irnos por un momento, dejarlo preferiblemente en el colchón en el suelo, en donde podemos tener también algún móvil bajo que ya sea capaz de alcanzar:
Un espejo al ras del suelo comenzará a ser también un gran estímulo para el movimiento.
A partir de los 5 meses el bebé comenzará a girarse boca arriba y boca abajo. A partir de los 6 que empiezan a arrastrase, los momentos en el suelo suelen dar muchas oportunidades de movimiento, con objetos en el suelo que llamen su atención. Los juguetes que ruedan por ejemplo, los tomarán y se escaparán de sus manos, invitándoles a alcanzarlos.
Los huevos de madera van muy bien al principio porque son pequeños para sus manos y además no se irán lejos sino que hará movimientos irregulares cerca de él:
La ropa debe ser siempre cómoda para permitir el movimiento y descalzo es lo mejor para que pueda sentir el suelo. En invierno puede llevar unos calcetines con antiresbalante.
A partir de los 5 meses podemos incluir la cuchara para comenzar a acostumbrar al niño a succionar el alimento de otra forma distinta a la del pecho. Primero una cucharadita con unas cuantas gotas del zumo recomendado para su edad y poco a poco ir aumentando la frecuencia hasta incluir alimentos más completos.
A los 6 meses aproximadamente cuando incluimos alimentos sólidos comienza una etapa de exploración no solamente a través del sentido del gusto sino también con el tacto. Darle oportunidad al bebé de explorar los alimentos con sus manos genera mucho aprendizaje en cuanto a texturas, temperaturas, gustos, etc. además de fortalecer los músculos de sus manos y brazos.
Es importante decir cuando hablamos del proceso de incluir los alimentos, que el “como” dependerá mucho de las costumbres culturales y familiares; sin embargo, lo importante es tener siempre claro que necesitamos involucrar al niño en el proceso, que nunca nuestro objetivo es hacer las cosas por él sino darle la ayuda necesaria para que haga las cosas por si mismo.
6 - 12 MESES
A partir de esta etapa, las actividades de Vida Práctica en el hogar aportan la experiencia que el niño necesita para generar conocimientos muy importantes que serán la base de su desarrollo.
La hora de la comida y la hora del baño y cambio de ropa, da muchas oportunidades para la exploración del niño.
El tiempo en el suelo será muy valioso también para él. Le permitirá un tipo de exploración cada vez mayor. Tener cosas cerca a su alrededor le motivarán mucho para el movimiento, primero reptar, luego gatear y después caminar.
El gateo es una etapa muy importante en el desarrollo psicomotriz en los primeros meses. Importantísimo como preparación a la lecto-escritura por su coordinación de movimientos bilaterales y el desarrollo de sus músculos.
Subir escaleras y cogerse de los muebles para levantarse son actividades que llaman mucho la atención del niño que comienza a moverse con mayor autonomía. Si se cae, se vuelve a levantar, si alcanza un objeto quiere cogerlo, si da un paso, querrá dar otro. A los niños pequeños les encantan los retos. Si hacemos las cosas por ellos, perderán el interés.
IMPORTANTE:
Nunca forzamos los movimientos del niño.
Nunca lo ponemos en una posición que no haya alcanzado por sí mismo.
Nunca lo levantamos de los brazos para que camine.
Nunca hacemos por ellos, algo que podría llegar a hacer por sí mismo.
Todo niño que tiene libertad en un ambiente preparado para conquistar su autonomía, consigue desarrollarse naturalmente por sus propios medios. Sus aprendizajes dependerán del ambiente y del adulto preparado para que pueda alcanzar todo su potencial.
A partir del momento en que el bebé se sienta, las cajas de permanencia son actividades que con muchas posibilidades. Todo lo que sea meter y sacar será bastante llamativo para él.. Al principio son cajas con un agujero para meter y sacar objetos. Después son cajas que permiten meter objetos por un agujero y sacarlos por otro. Otras cajas tienen cajones que se abren para encontrar el objeto. Te adjuntamos algunas referencias de cajas de permanencia:
Este material puedes hacerlo en casa con cajas de cartón y objetos como bolas de tela, monedas también de cartón, etc
Los instrumentos musicales comienzan también a formar parte de las primeras opciones de actividades. Los instrumentos de percusión como el tambor favorecen no sólo el oído sino la motricidad, fuerza y coordinación de movimientos. Prefiere siempre instrumentos musicales de buena calidad, reales, que no sean de juguete. Piensa que el oído del niño se estará alimentando de él, se estará formando a partir de lo que escucha. Es como la cocina; si preparamos una receta utilizando ingredientes de buena calidad, el plato quedará superior.
El Movimiento Libre
Apoyar el movimiento libre a partir del nacimiento, es apoyar la libre exploración de su cuerpo y de las experiencias del ambiente que le rodea. De esta manera el niño, guiado por su maestro interior y su mente absorbente, será capaz de asimilar de forma natural todos aquellos aprendizajes que su mente y se cuerpo están dispuestos para asimilar y perfeccionar.
12 - 36 MESES
A partir del año, el niño que camina ya tiene las manos libres y más posibilidades de explorar utilizando todo su cuerpo. A partir de esta edad nos conseguimos con un niño trabajador, que quiere estar siempre haciendo algo interesante. El niño tiene una necesidad de hacer todo lo que ve que hacemos y de tocar todo lo que le llama la atención. En este momento las actividades del día a día complacerán sus deseos. Ayudar en casa será su juego favorito, llevar la bolsa del mercado, ayudar a preparar la merienda, barrer, quitar el polvo, poner agua a las plantas, servirse un vaso de agua. Involucrarlos en nuestro “quehacer” será el mejor regalo que podamos darle.
Todas las actividades de Vida Práctica aportan al niño:
Beneficios físicos:
Coordinación.
Ejercicios.
Desarrollo de los músculos.
Perfección de sus movimientos.
Relaciones espaciales.
Conocimiento de pesos y proporciones.
Conocimiento de las distintas texturas.
Desarrollo de todos los sentidos.
Preparación a la lecto-escritura y a las matemáticas.
Beneficios emocionales:
Sentirse que es parte de la familia y del ambiente.
Seguridad en el ambiente que le rodea y seguridad en sí mismo.
Autonomía e independencia.
Alegría por el trabajo.
Sentirse capaz.
Conocimiento del mundo.
Desarrollo de la voluntad.
La Libre Elección
Entendiendo que el aprendizaje de los niños en los primeros 3 años de vida ocurre de forma inconsciente, es importante observarlo para saber qué necesita aprender su yo interior para poder proveerle de las experiencias necesarias que le permitan lograrlo. Para ello es importante saber cómo ocurre el desarrollo del niño en estas etapas y cómo acompañar sus períodos sensibles a los distintos tipos de aprendizajes. Debemos confiar en el niño y dejarlo experimentar aquello por lo que nos muestra tanto interés.
Para fomentar la libre elección del niño debemos tomar ciertas consideraciones en el hogar:
Ofrecerle siempre que podamos dos o tres opciones máximo para escoger. Por ejemplo de ropa a la hora de vestirse, de alimentos a la hora de la merienda, libros para leer, etc.
Exponer de 3 a 5 opciones de actividades en una repisa a su altura, para que pueda disponer de ellas cuando lo necesite.
Evitar las cestas llenas de juguetes.
Libertad y Límites
Crear rutinas claras en el día a día, incluso cuando pasamos todo el día en casa, le da al niño la libertad de hacer porque sabe lo que viene. Cuando hacemos todo con estructura como levantarse, ir al baño, cambiarse de ropa, desayunar, salir a pasear, etc., con un orden coherente cada día, le damos la confianza al niño de hacer lo que toca cuando toca. Si tenemos estructura a la hora de la comida, por ejemplo, podemos pedir ayuda al niño porque él sabrá cómo ayudar, en dónde poner los cubiertos y los platos, sabrá que después de comer recogemos y llevamos los platos al lavavajillas y que luego limpiamos la mesa. Éste es sólo uno de los muchos ejemplos de las rutinas que apoyan el moverse en el ambiente en libertad y con autonomía.
Otra forma de generar libertad es disponer de espacios creados para el niño en los distintos ambientes del hogar. Con límites claros que indiquen al niño qué se puede hacer y qué no. Siendo siempre consistentes con los límites y cumpliendo lo que decimos.
Si quieres saber más acerca del acompañamiento al niño y la Vida Práctica en el Hogar, haz CLICK AQUÍ y conoce nuestros talleres.
Esperamos que esta información haya sido útil para ti y esperamos que puedas compartirla con más familias que puedan estar interesadas.
Éste texto ha sido creado a partir del seminario 0-3 dictado por Elena Young y organizado por Montessori Canela Internacional.